Simón Banda-Mireles, un ciudadano mexicano de 50 años, fue condenado a casi 4 años de prisión por emplear a extranjeros indocumentados con fines comerciales. El hombre, que era propietario de varios restaurantes en New York, Ohio, Pennsylvania y West Virginia admitió tener entre 25 a 100 empleados indocumentados trabajando en sus negocios entre el 2006 y el 2008.
Banda-Mireles, que entró ilegalmente a los Estados Unidos bajo la falsa identidad de Jorge DeLarco, también es indocumentado. Fue arrestado en abril del 2008, junto con 10 de los administradores de sus restaurantes. Los 11 hombres fueron acusados de tráfico humano, al traer a mexicanos al país, y de usar fuerza y amenazas para obligar a los indocumentados a trabajar en los restaurantes.
El caso salió a relucir tras una investigación realizada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), el Departamento Investigaciones de Seguridad Interna y el departamento del Sheriff del Condado de Erie.
Como parte del acuerdo con la procuraduría federal, Banda-Mireles accedió a renunciar a dinero en efectivo y otros bienes con un valor de $70.009 dólares, decomisados por el gobierno. Además deberá pagar una indemnización de $239.089 dólares a 15 inmigrantes indocumentados que trabajaban para él, a quienes les había pagado sustancialmente por debajo del salario mínimo.